Cuando planteé la pregunta ¿Qué zapato serías? por el cumpleaños del blog hace mil años no me imaginaba recibir tantas respuestas (ni tan sinceras). La verdad es que cuando publico algo por aquí (e incluso en las redes) siento un miedo escénico considerable y lo que suelo hacer es escribir, respirar hondo y no mirar el móvil en unas tres o cuatro horas. Mientras más mejor, porque soy muy tremendista y empiezo a preguntarme «¿por qué? ¿por qué?» como una loca. Por eso, incluso a día de hoy me sorprende la persona que está ahí detrás. Tú. Con lo que me cuentas, (a veces incluso en persona) y que hace que se me meta «una pelusa en el ojo» y tenga que soltar una tontería surrealista de las mías para poder respirar hondo.
Leyendo los comentarios de ese día y conoceros un poquito a cada uno de vosotros fue bonito. (Fue más que bonito). Y conocer a Emma y Raquel también. Menos mal que estuvieron a mi lado porque sino hubiera montado una food truck de bailarinas y habría recorrido media España para repartirlas…
Bueno que me lío y de lo que quiero hablar es de Estefanía. De Estefanía y su chico guapo, porque ésta es una historia de dos. Como ya habréis leído en el post de Raquel, su historia no es nada bonita si no se la mira con optimismo. Lo que se me quedó grabado sobre ella fue: «Los dos juntos y el ahora, eso es lo que importa. Lo demás, ya vendrá…» Y los admiro por eso, y a ella un poquito más si cabe por hacerlo con tanto optimismo (y tanta valentía). Porque no es nada fácil vivir sólo en el presente, en el día a día. Es imposible ir al Ikea y no pensar: «Uy, esta cocina para cuando hagamos reforma». El futuro convive con nosotros, por eso su actitud me parece tan increíble. Para que os hagáis una idea, Estefanía, en vez de pensar en la futura cocina, compra un molde con estrellas para bizcocho y lo hace al día siguiente en la cocina que tiene. Y tan feliz. Ese es su «Vivir cada momento». Y esa es una actitud muy bonita pero hay que trabajarla (y mucho), como ellos hacen.
Pero yo esta vez no voy a pensar en el presente, voy a pensar en su futuro. En tu futuro Estefanía. ¿Sabes como te imagino de aquí a cinco años? Te imagino caminando por tu playa, en un atardecer de septiembre. Mirando como tu chico guapo corre con Bribón Junior. Que venga hacia a ti, te dé un abrazo, te coja en brazos y te tire al agua, a remojo. Y tú te enfades, lo tires a él (o lo intentes al menos XD) y después te rías. Y al final os cojáis de la mano de camino a casa.
Así te imagino y así espero que pase. Porque cuando lleguen los buenos tiempos, los sabréis vivir el doble mejor 😉 Y eso es lo que estáis construyendo.
Minijobs
05/01/2016Que bonito jope..